sábado, 18 de enero de 2014

El Principe de la Niebla

Saludos a todos, hoy hablaremos del debut como escritor de Carlos Ruiz Zafón, del que estoy comenzando a leer la obra completa. Os hablo, en concreto, de " El Principie de la Niebla".
Carlos Ruiz Zafón. Autor del libro

Portada del libro
Se trata de una obra misteriosa, en cuya trama se plantean intrigas difíciles de resolver. Nos cuenta la historia de Max, un joven niño londinense, y su familia, los Carver. Se ve obligados a trasladarse a un pequeño pueblo costero, impregnado por el olor salitre del mar, al aguardo de la terrible guerra que devasta la capital. Se acomodan en una decrépita casa, con un oscuro pasado, que poco  a poco irá tiñendo la historia de misterio. Empeorará el asunto cuando Max conozca a Roland, y juntos destapen los misterios que les rodean, ayudados por su hermana Alicia. Pero no olvidarán la primera vez que oigan el diabólico nombre de El Príncipe de la Niebla, porque cambiará sus vidas por completo.






Escrito excepcionalmente, atrapa al lector desde sus primeras páginas. En la excelente edición que yo adquirí, el autor nos comenta en su prólogo, que al releer y  reescribir el libro (hago un inciso para nombrar la cita de Mauriac que nos da nombre, dime que lees y te diré quien eres, eso es verdad pero te conoceré mejor si me dices lo que relees) se vio tentado a cambiar ciertos pasajes, en los que encontraba errores, después de haber adquirido experiencia en su carrera literaria. Yo, personalmente no estoy de acuerdo, pues considero que contiene las palabras justas, y ordenadas de tal manera que te arrastran a una atmósfera de misterio , en la que si te concentras, puedes oír el rugir de las olas al chocar con las punzantes rocas o sentir el reflejo de la luna sobre el mar embravecido. Recomiendo sinceramente su lectura, y quizá próximamente escriba sobre su relectura




domingo, 12 de enero de 2014

Carta a sus Majestades los Reyes Magos de Oriente

Queridísimas sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, Príncipes de la Ilusión, duques de la Felicidad y Condes de la Esperanza, Melchor, Gaspar y Baltasar:
Me dirijo a ustedes, majestades de las lejanas tierras de Oriente, como cada año, para expresar las ideas, sentimientos y vivencias que surgieron en mi este Año que termino recientemente.
Siendo la de observador, una de mis fuertes cualidades he comprobado un problema social que me duele y me preocupa en exceso. La gente tiene demasiado en que pensar, entre corruptos, crisis hipotecas que pagar, que no hay extras, los Eres, los bancos, los recortes, los Juegos Olímpicos… y se olvidan de los pequeños placeres de la vida, aquello que nos saca una sonrisa, la más pura de todas, la ilusión.  No se disfruta de un atardecer en un parque, de una caña a mediodía, del tacto de la espuma de las olas al tocar los pies, de las buenas canciones, de las comidas en familia. Esto es, al fin y al cabo, lo que forja la esencia de la vida y da sentido a esta. ¿Y cómo vamos a vivir si cuando cruzamos la calzada no pisamos solo las líneas blancas, u observamos las hojas amarillas al caer, si no sentimos los rayos del sol de invierno, o devolvemos una sonrisa, si no saltamos en los charcos o caminamos por el bordillo como si fuera un acantilado, si no damos rienda suelta a nuestra imaginación, si no nos sentimos niños alguna vez?
Yo, este año, no quiero más regalo que esto; para vivir, necesito que vuelva la ilusión, que no se extinga. Por eso quiero pedir que a todos mis familiares y amigos, se les dibuje una sonrisa en el rostro cada vez que salga el arcoíris, o se tiña el cielo de malva, o los pájaros entonen sus melodías, o el mar arrastre sus recuerdos en la orilla, o el viento haga volar su sombrero, o abracen a un ser querido. Porque si no se disfruta de eso…
¿Para qué vivir?
Se despide con especial cariño, su leal súbdito, besándoles pies y manos, y sin resultar pedante

Jaime Martínez de Velasco y MARÍN